Los ataques de pánico han ido aumentando a lo largo de los años y uno de los principales factores que ha contribuido a este incremento ha sido la presión social.
Es por ello que cada vez resulta de mayor interés conocer e informarnos en mayor medida de ciertos aspectos como cuáles son las principales causas de los ataques de pánico, sus síntomas, tratamientos y cómo podemos evitar dichos ataques.
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico consiste en una situación de angustia de manera imprevista que ocurre normalmente en un período de tiempo menor a los 10 minutos. Esta crisis de angustia se trata de una sensación de malestar incontrolable, miedo o terror, habitualmente ligada a una idea de catástrofe junto con la necesidad de huir de la situación.
Un ataque de pánico suele desaparecer solo, en unos minutos, y en casos especiales, en horas. Según varios estudios, entre y 1 y 3 personas de cada 100 vivirán un ataque de pánico a lo largo de su vida.
¿En qué consiste el trastorno de pánico?
Como hemos comentado anteriormente, consiste en la aparición de una crisis de angustia que se mantiene en el tiempo durante un corto período de tiempo, o en casos más extraños, durante horas.
La frecuencia de estos ataques de pánico varía según la persona, pueden darse desde uno por semana hasta varios episodios en un corto periodo de tiempo.
El primer ataque de pánico suele aparecer al final de la adolescencia o al inicio de la edad adulta, y suele darse fuera de casa. En la mayoría de personas la aparición del primer ataque se encuentra ligada al miedo o ansiedad a que el ataque se vuelva a repetir y suelen evitar aquellos lugares o situaciones en las que piensan que pueden volver a sufrir esta crisis.
Causas de los ataques de pánicos
Las causas de los ataques de pánico se desconocen, pero existen diferentes circunstancias o factores que pueden influir.
Algunos de los factores que afectan son:
- La genética.
- Un alto nivel de estrés.
- Un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas.
- Ciertos cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro.
Los ataques de pánico normalmente aparecen de forma repentina, pero a medida que pasa el tiempo, se desencadenan a causa de ciertas situaciones.
Principales síntomas de los ataques de pánico
Los síntomas que más suelen darse durante un ataque de pánico son los siguientes:
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o aumento de la frecuencia cardiaca.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Opresión o malestar en el pecho.
- Sensación de atragantamiento.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Miedo a morir.
- Sensación de irrealidad o sentirse separado de uno mismo.
- Sensación de hormigueo en extremidades o alrededor de la boca.
- Escalofríos o sofocos.
Tratamientos para los ataques de pánico
La finalidad del tratamiento para los ataques de pánico es disminuir el número de ataques de angustia y controlar su intensidad. El tratamiento más común de estos pacientes son los antidepresivos, sobre todo los inhibidores selectivos de la recaudación de serotonina.
Este tratamiento también es utilizado para tratar la depresión, pero con dosis más altas en comparación con los ataques de pánico.
Evitar ataques de pánico
No existe ninguna fórmula para evitar un ataque de pánico o conseguir que nunca te de esta crisis de angustia. Sin embargo, existen ciertos factores que ayudan y reducen las probabilidades de llegar a sufrirlo como llevar una vida sana, comer de manera equilibrada, hacer deporte, tener tiempo de ocio…en definitiva vivir sin estrés.
Llevar una vida con demasiado estrés, no dormir lo suficiente, o tomar alcohol y otras sustancias que alteren la mente son factores que pueden hacer que se de este tipo de ataques.
Desirée Infante es experta en psicología infantil, TOCs y neuropsicología. Lleva varios años desarrollando la atención sanitaria y ayudando a las familias a mejorar su salud mental.
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