El trastorno de estrés postraumático como su propio nombre indica proviene de una situación traumática. Cada día vemos multitud de escenas violentas en películas, series de televisión o incluso en las noticias escuchamos acontecimientos realmente impactantes, situación que actualmente vivimos todos muy de cerca por las consecuencias de la pandemia del COVID-19. Aunque por lo general, solemos observarlas desde la lejanía pensando que a nosotros no nos pasará de primera mano, es posible que en algún momento de nuestras vidas pasemos por una situación traumática. Según el Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático, alrededor de 7 u 8 de cada 100 personas presentarán el trastorno por estrés postraumático durante sus vidas. Con estos datos en la mano, toca conocer de primera mano a qué nos enfrentamos y cómo podemos ponerle solución.
¿Qué es el trastorno por estrés postraumático?
Este trastorno, también conocido como TEPT, afecta a aquellas personas que han vivido o presenciado un acontecimiento impactante, terrorífico o peligroso. Se trata de la incapacidad para restablecerse o recuperarse de una forma saludable tras vivir estas experiencias. Prácticamente todo el mundo tendrá una serie de reacciones después de una experiencia traumática. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperará de los síntomas de forma natural. Por tanto, esto provoca que las personas que no son capaces de dejar el acontecimiento atrás y lo sufren diariamente, continúen teniendo problemas tras la experiencia, llegando a sentirse estresadas o asustadas, incluso cuando éste peligro es totalmente nulo.
No todos deben pasar por una situación de maltrato o agresiones, aunque no ocurra directamente sobre la persona, hay algunos acontecimientos, como la muerte repentina o inesperada de un ser querido, que también pueden causar el trastorno por estrés postraumático. El TEPT lo encontramos clasificado en el DSM-V en el grupo de los Trastornos de Ansiedad y como la mayoría de trastornos de ansiedad suele ser más propenso a presentarse en mujeres antes que en hombres.
¿Cuáles son los síntomas del estrés postraumático más comunes?
Los síntomas del TEPT suele brotar entre los 2 y 4 meses tras el acontecimiento que hizo surgir el trauma, pero como en cualquier otro tipo de trastorno no siempre es así y todo dependerá del paciente. Eso sí, para que se pueda catalogar como estrés postraumático, los síntomas deben perdurar más de un mes. Tras una experiencia traumática es normal notar una serie de síntomas, pero generalmente estos, junto a la sensación de miedo, se van desvaneciendo con el tiempo. Por ello para diagnosticar el TEPT debe ser persistente en el tiempo durante un periodo alrededor de un mes, ante la duda siempre se debe acudir a un especialista que nos ayude.
Dentro de los síntomas los más característicos son los siguientes:
- Rememoración del traume (Flashbacks): La reviviscencia es el hecho de volver a vivir el acontecimiento de nuevo, puede estar acompañado de palpitaciones o sudoraciones. Se suele presentar en forma de pesadilla o recuerdos instantáneos involuntarios.
- Alucinaciones: Imaginar que la situación traumática se repite.
- Evasión: Ante la idea de que la experiencia vuelva a ocurrir, se produce un distanciamiento de los lugares, acontecimientos u objetos que nos recuerdan a dicha experiencia, del mismo modo se evitan los pensamientos o sentimientos relacionados. La ansiedad provocada puede afectar a la rutina de la persona si el hecho traumático ocurrió durante esta, incapacitándole para realizar tareas básicas que antes era capaz de hacer sin esfuerzos.
- Cognitivos y de estado de ánimo: Incapacidad para recordar detalles importantes relacionados con la situación traumática, también puede desencadenar pensamientos negativos, culpa o desmotivación.
- Hipervigilancia y reactividad: Estar en un estado de alarma constante, la persona se siente tenso y presenta dificultades a la hora de dormir, incluso puede presentar una alta irritabilidad que desencadene en arrebatos de ira.
- Estado disociativo: Uno de los síntomas más importantes del TEPT se trata de la despersonalización, la persona se siente fuera de si misma, como una observadora externa del propio proceso mental o corporal y desrealización, dando la sensación de Irrealidad del entorno.
Hay que estar muy atentos a cualquier tipo de conducta diferente tras sufrir un trastorno por estrés postraumático, ya que existen muchos casos en los que otros síntomas como la depresión o la adicción a las drogas se presentan de forma clara en el paciente.
Escala de gravedad de síntomas del trastorno de estrés postraumático
Para evaluar la gravedad de los síntomas del Trastorno de estrés postraumático se usa la escala de gravedad de síntomas. Esta se trata de una entrevista estructurada en 21 ítems, basada en los criterios de diagnóstico del DSM-5, esta nos permitirá evaluar la gravedad de los síntomas del cuadro clínico. Esta escala resulta útil para planificar el tratamiento y las investigaciones clínicas.
Tratamiento frente al estrés postraumático
Ante el TEPT debemos acudir a un especialista que os ayude durante el camino para superar la experiencia traumática por la que hemos pasado. Todo dependerá de la persona, de la situación por la que ha pasado y de diversos factores, pero siguiendo un tratamiento de manos de un especialista veremos cómo estos síntomas van disminuyendo. El tratamiento del trastorno del estrés postraumático puede ayudar a que recuperes la sensación de control sobre tu vida. Durante el tratamiento psicológico nos enseñarán estrategias para enfrentar los síntomas y cómo manejarlos cuando vuelvan a aparecer, mejorar la autoestima y la percepción sobre uno mismo y el mundo exterior, tratar otros problemas con frecuencia relacionados con experiencias traumáticas, como depresión, ansiedad, o abuso de alcohol o drogas y todo lo necesario para volver progresivamente a nuestra vida normal.
No tienes que intentar controlar la carga que implica el trastorno de estrés postraumático tú solo, es mucho más fácil si te dejas ayudar por un profesional que te guíe.
Desirée Infante es experta en psicología infantil, TOCs y neuropsicología. Lleva varios años desarrollando la atención sanitaria y ayudando a las familias a mejorar su salud mental.
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